Todo se refiere a lo mismo: un endurecimiento y engrosamiento de la piel en un punto o zona determinada. Ocurre que cuando dicho punto es muy pequeño, vulgarmente se le llama ojo de gallo o clavo. Suele ser más doloroso. Cuando la zona endurecida de la piel es más extensa se llama vulgarmente callo o dureza ...

Los callos no tienen raíces. Los callos tienen una causa mecánica, un roce y / o presión excesivos contra el calzado o el suelo debido a deformidades del pie o dedos, mal calzado, formas anómalas de apoyar el pie en el suelo ... Sólo incidiendo en estas cuestiones podemos eliminar definitivamente un callo.

Normalmente es sangre atrapada en las capas más profundas de esta piel endurecida, es lo que corresponde a ese punto oscuro. No tiene ninguna importancia.

Sí, un callo o dureza es siempre un síntoma de algo que no funciona correctamente en el pie: la forma de andar, una desalineación o desviación de alguna estructura, el calzado inadecuado ...
Es importante llegar a descubrirlo y valorarlo.

No. Se trata de una leyenda totalmente falsa. Ocurre que cuando empieza a salir un callo ya se ha establecido una causa mecánica detrás: deformidad del pie, forma de andar, calzado inadecuado .... que si no se cambia o se trata provocará que el callo siga saliendo periódicamente. Si sólo vamos eliminando la piel endurecida y no tratamos la causa, no solucionaremos de forma definitiva el problema.

No. Lo que operarmos son las posibles causas que provocan un callo: desviaciones o deformaciones de dedos, de huesos y articulaciones del pie. Dichas deformidades óseas sí se operan, es recomendable hacerlo, tanto para evitar la aparición de dicho callo como para frenar otras consecuentes deformidades.

Sí. Cuando un callo se mantiene durante mucho tiempo, sin eliminarlo,  puede provocar un acúmulo de líquido entre la piel sana y el callo, e infectarse. En este caso aparece dolor intenso, calor, enrojecimiento de la piel ... Hay que tratarlo con urgencia.

Sí. Hay que acudir siempre a un especialista en pies, un Podólogo colegiado. Hace falta una técnica precisa y cuidadosa para limpiarlos. Un material estéril y de un solo uso (se tira después atender cada paciente), y un centro o clínica con código de autorización del Departamento de Salud de la Generalitat de Catalunya.

Esto garantizará las medidas de asepsia y los conocimientos necesarios para tratar estas patologías.